Situado en el corazón del desfiladero de Collegats, bañado por las aguas del Noguera Pallaresa, de paredes calizas y travertinos, nace el Barranco del Infierno. Uno de los barrancos más míticos de los dos Pallars y de toda Cataluña.
Desde nuestra oficina llegamos al inicio de la aproximación en 5 minutos en coche. A continuación, atravesaremos el río (bien en tirolina o cruzando el Noguera) para comenzar la subida hasta la pista de montaña que llega el Collado de la Cruz. Allí bajamos al barranco donde empezaremos el descenso.
Empezamos con un rápel para empezar a coger el tono y prepararnos para lo que vendrá; el agujero del infierno. Un rápel vertical precioso de 25 m, que se adentra en una cueva natural donde solo se ven claros en algún momento del día, cuando la luz se cuela por las entradas superiores. Llegaremos en el interior de la cueva donde hay un surtidor de agua. Es obligado observar las paredes y las formaciones calcáreas, la magia del lugar.
Continuaremos con el barranco, levantando la cabeza para ver todo el abanico de colores rojizos, grisáceos propios de la roca. Avanzaremos por una zona más tranquila donde encontramos un pequeño jardín con antiguos helechos y, oreja de oso, espectacular cuando florece.
Nos encontraremos con el tobogán de la pera, un lugar inesperado pero muy divertido. Llegando ya al final del barranco, los más valientes (y siempre que el caudal del río lo permita), se podrán tirar desde una piedra de 8 m de altura en el río, para así dejarse llevar, tranquilamente con el ayuda del Noguera Pallaressa, hasta la salida.